martes, 3 de enero de 2012

Capítulo 12.

SAM.
Estaba que estallaba de la alegría. No sé cómo fui capaz de decirlo. No lo sé.
Lo que sentí cuando me dijo que me quería, no tiene nombre. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora.
-Zoe...-le susurré cuando nos separamos. Había sido el mejor beso de mi vida. Sí, sé que suena cursi, pero es la verdad.
-Mmm...-murmuró. Estábamos con las frentes juntas, ella con los ojos cerrados y yo, simplemente, mirándola.
-Te quiero-abrió los ojos y me volvió a repetir esas dos palabras que tanto me gustan:
-Te quiero, Sam.
No nos habíamos dado cuenta de que las luces ya estaban encendidas, y de que la gente se estaba yendo. Sara y Alex nos estaban esperando. Ella con una gran sonrisa y él, en cambio, como enfadado. Espera...¿ha bufado?
-Vamos, hermanito, la peli ya terminó-dijo Sara guiñándome un ojo. Le cogí la mano a Zoe y nos fuimos de allí.
ZOE.
Me sentía feliz. Mucho. Como no lo hacía desde hace tiempo...
Salimos de allí cogidos de la manos, con una gran sonrisa.
Aún teníamos mucho de que hablar, pero, por ahora, sólo quería estar así. Feliz, libre de preocupaciones.
-Sam-le llamé.
-Mmm-murmuró algo que no pude escuchar. Me dio un beso en la coronilla.
-¿Te puedo besar?- me moría por probar esos labios, otra vez.
Se paró, se puso delante de mí, me cogió la cara con las dos manos, y me besó.
Enredé mis dedos detrás de su cuello, tirando levemente de su pelo, y él me atrajo más hacia sí. Nos separamos por la falta de aire. Este chico me dejaba devastada. 
-Zoe, no hace falta que me pidas permiso para besarme. Eres mi novia. -Me sonrojé por lo de "novia". En realidad, no me lo había pedido formalmente. Decidí gastarle una pequeña broma.
-Así que novia, ¿eh?-dije de forma pícara. -¿Quién ha dicho que sea tu novia?
Se sonrojó.-Mmm, yo, bueno...-se pasó una mano por el pelo y siguió hablando- Zoe, ¿quieres ser mi novia?
-Um, déjalo, que me lo tengo que pensar.-me sonrió de forma traviesa.
-¿Qué puedo hacer para convencerte?-me siguió.
-Déjame probar algo.- Me acerqué a él y le empecé a besar. Le pedí permiso con mi lengua, que fue concedido, prácticamente, al instante. Recorrí todos los rincones de su boca. Mi boca.
Nos tuvimos que separar por unos carraspeos por parte de Alex, que estaba con cara de pocos amigos con Sara al lado.
-¿Vamos?-preguntó. Sara, cómo no, le dio un codazo.
-Ya va-gruñó Sam aún con las manos en mi cara.
-No quiero verles besarse.
-¿Crees que a mí me gusta verte besar a mi hermana?- La verdad, no entendía la actitud de Alex. ¿Qué le importaba vernos besándonos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario