lunes, 12 de marzo de 2012

Capítulo 19.

URGENTE:Gente, ¿sabéis lo que le pasa al foro de purplerose? No me deja comentar ni siquiera en mi página.  Si alguien lo sabe, decidme. Es agobiante no poder comentar.

SAM.
- Qué maldito bocazas soy...-gruñó por lo bajo.
- Fran-dije pausadamente.- ¿Quién le hizo daño?- Podía aparentar calma, pero, por dentro, estaba furioso.
- Sam, déjalo estar.
- ¡¿Cómo que qué lo deje estar?!- estallé, joder. Duré poco, lo sé. Pero no quería esta mierda, ¿por qué coño no me lo dice?
- Cálmate, muchacho- vino hacia mí e intentó tocarme pero me alejé. No estaba seguro de poder contenerme y no pegarle. Necesitaba pegar a alguien.
- ¿Qué le hicieron?- pregunté sin gritar. No quería que Zoe viniera y viera esto, interrumpiendo.
- No es algo que te pueda decir yo. Te lo tendrá que decir ella- dijo Fran con los ojos llorosos. Mierda, si va a llorar es que es algo gordo. Se le escaparon do lágrimas, que secó furiosamente con las palmas de sus manos. Rió.- Soy una nenaza. Cuando planeé esta charla, no me vi llorando a mí, sino a ti- tragué en seco. Había olvidado lo imponente que era.- Pero bien, tampoco te vi así.
- ¿Así?- ya había desistido; no me iba a decir nada sobre lo de Zoe. Era mejor no cabrearlo.
- Sí, te había imaginado como todos. Que sólo van a lo que van- dijo.- No te imaginas los culos que tuve que patear.
- Gracias, supongo- ¿Supongo? Te acaba de decir que te acepta, más o menos, y tú sólo dices <<Gracias,supongo>>? Acojonante. 
- Trátala bien- dijo viniendo hacia donde estaba yo. Bueno, mejor dicho: amenazó.- Sino, ya sabes, te patearé el culo- dijo palmeándome el hombro.- Y, créeme, lo disfrutaré.
- No hará falta, señor- y ahí voy yo, otra vez, con el <<señor>>. ¿Soy gilipollas?
- Fran. Llámame Fran- dijo cansinamente.- Bien, ¿adónde llevas a Zoe?- dijo cambiando radicalmente de tema.
- Teníamos pensado en ir a dar una vuelta- dije vagamente.
- Bien, bien. En casa a las diez. Aunque esté trabajando, sabré si ha llegado a tiempo; no intentéis engañarme- lo último lo murmuró amenazadoramente.
- No te preocupes, señ...Fran.
- ¡¡Zoe!!- gritó mirando hacia las escaleras.- ¡Mueve tu culo y baja hasta aquí!- ella bajó corriendo, enfadada.
- Al fin os dignáis a llamarme.- se cruzó de brazos. Así, se le notaban más sus pechos. Mira para otra parte.- Ya estaba por bajar a ver si os habías matado.
- Tranqui- le dijo Fran.- Te lo repito a ti también: a las diez en casa.
- ¡Gracias!- Zoe corrió a abrazarle.
- ¿Nos vamos?- le pregunté. Me moría de ganas de estar con ella, a solas. 
Entrelacé su mano con la mía para irnos de allí. La junté con la suya como si, de la nada, ella fuese a desaparecer. Tenía miedo. Sí, miedo. Miedo a que este maravilloso sueño acabase.

martes, 28 de febrero de 2012

NOTA.

¡HOLA!
Pues bien, quería dejar esta nota aquí para quien no está enterado. 
Vamos a empezar con una historia nueva, no os preocupéis que esta la seguiremos haciendo igual que siempre.
Se llama Entre un profesor y su alumna.
Creo que por el título ya podéis decir básicamente de que va, pero os pido, por favor, que le deis una oportunidad. Es una historia que llevaba ya bastante tiempo rondando por mi loca cabeza, pero al fin pude empezar a ponerla por escrito.
Quién es esa persona que me ayudó, os preguntaréis.
Pues es Manu-Ma, gracias a ella pude poner orden en este lío de ideas que había en mi cabezón.
Que si esto, que si aquello. Que si valía la pena, ya que hay muchas con la trama alumno-profesor... Pero hablar con ella me dio ganas de seguir escribiendo esto. Porque, aunque ya haya muchas, me hizo sentir como si la mía fuese única. Por eso la estoy poniendo por escrito.
Gracias por eso y por darme muchas buenas ideas para la historia. Tantas, que no sé si cabrán sólo en esta. 
Gracias por compartir tu historia, Manu.
Y, por eso, esta historia es para ti. Espero, y en todo esto estoy hablando en nombre de Estela también, que disfrutes la historia y que no te defraude ni ella ni nosotras.
Así que, sin más dilación, os dejo el link donde ya podéis encontrar la sinopsis y el primer capítulo.

lunes, 20 de febrero de 2012

Capítulo 18.

SAM.
Estaba llegando a casa de Zoe. He de confesar que estaba un poco nervioso. Mucho, para qué negarlo. ¿Se habría reconsiderado lo de ser mi novia? Quizás aceptó por el momento, no porque me quisiera.
Dios, tengo que tener más confianza en mí mismo - me reprendí mentalmente.
Al llegar a la casa toqué el timbre.
-¡¡¡Francisco!!!- escuché gritar a Zoe, y creo que todos los de la manzana también.
Me abrieron la puerta. Era un hombre bastante joven. Pelo marrón corto, parecido al color del de Zoe, alto, fortachón. Fran, el hermano de Zoe.
- Hola, muchacho- me dijo serio. Mierda. No había pensado en él. Antes, como vigilaba a los pretendientes de Zoe era mi Dios. Ahora...¿ahora? No sé. Tenía miedo. ¿Que pasaría si no le gustaba? No. Nadie me va a alejar de Zoe, nunca.
- Hola, señor- el miedo me traicionó y acabé portándome como todo un mojigato. Empezamos bien.
- Pasa-  se movió un poco para permitirme pasar.
- Fran...- Zoe vino por atrás. Se veía hermosa.- No tienes que hacer esto- se quejó.
- Sí. Ya hemos hablado de esto. ¿Quieres salir con él?- le preguntó enfrentándola. Miré hacia ella. En ese momento estaba pensando en que iba a decir que no, que ayer se equivocó. Pero me sorprendió contestándole con un simple y claro <<>> antes de subir corriendo las escaleras.
- Siéntate, Samuel- dijo después de un rato. Se le veía que quería a su hermana y que todo esto era por su bien. Sigue siendo mi Dios. Sí.- Y no me llames señor, tampoco soy tan viejo- dijo con una sonrisa. Bueno, no era tan malvado.
No me había fijado en el salón. Era bastante bonito, pero se notaba que tenían un presupuesto bastante limitado. Había un sofá de tres plazas en el medio de dos sillones. Una pequeña mesa de cristal en el medio, donde había un motón de revistas y los mandos de la tele y derivados. Y, por supuesto, la tele, en la pared. En ella era donde más se notaba que andaban justos de dinero. Era pequeña, mucho, más incluso del tipo de las que se ponen en las habitaciones. Dejé de inspeccionar la habitación para prestar atención a la pared humana que tenía delante.
- Bien, Sam...- tomó un profundo respiro y siguió-  Yo soy conocido porque siempre voy directo al grano. Así que, ¿qué quieres con Zoe?
-¿Cómo que qué quiero?- no lo seguía. Mis neuronas estaban fritas. ¿Dónde estáis cuando os necesito? 
- ¿La quieres?
- Sí- respondí automáticamente. Eso era de las pocas cosas de las que estaba seguro.
- Bien- se pasó una mano por la cara, como tratando de recomponerse, o como si estuviera cansado de algo.- ¿La amas?
-Con toda mi alma, más de lo que creía posible querer a alguien- iba a responder otro <<>>, pero pensé que él, como hermano mayor y protector de Zoe, iba a sentirse mejor si le contaba la verdad. Que estaba total, incondicional e irrevocablemente enamorado de ella.
- Eso me gusta más- dijo con señal de aprobación.- No la dañes más, Sam.
-Yo nunca le haría nada que le hiciera sufrir.
-Ya sufrió demasiado- murmuró mirando para el suelo con culpa. Eso me dejó intrigado. ¿Quién le habrá hecho daño?
- ¿Cómo es eso?- no pude evitar preguntar. Él se levantó de golpe y se paseó nervioso por todo el salón. Ahí me di cuenta de que lo había dicho para sí, que no lo había dicho para que yo lo escuchara, que yo no debería haberlo escuchado.

martes, 14 de febrero de 2012

Capítulo 17.

ZOE.
Me desperté a las diez. Quería llamar a Sam, pero no quería ser la típica novia que se la pasa pegado a su pareja; cada uno tiene que tener su espacio, sus secretos bien guardados en, lo que yo llamo, el jardín privado, no es malo tener secretos.
Me duché y empecé a buscar en mi armario algo que se me viera bien, me decidí por unos pantalones pitillo grises con una camiseta blanca que llevaba un dibujo raro y mi tan preciada cazadora de cuero del mismo color que los pitillo. Me puse un poco de brillo en los labios, para lo que iba a hacer era mejor no poner mucho, y me hice la raya en los ojos.
Cuando terminé sonó mi móvil. Era Sam, que quedó en venir a buscarme dentro de un rato para ir al parque.
Bajé a desayunar. Ahí estaba Fran, que me empezó a interrogar.
- Vamos, Zoe. No le harás esto a tu hermanito, ¿no?- me puso una cara de corderito degollado a la que nadie se puede resistir.
- Bien - me rendí - Voy a salir con Sam.
-¡¿Qué?! -gritó y se fue de la cocina gritando:- No ve avisaste, aún me tengo que cambiar.
- ¡¿Qué?!- ahora fui yo la que grité.- No pensarás en venir como carabina, ¿no?
- ¿Cómo que no? Siempre fui contigo a las citas, para eso soy el hermano mayor- vino a la cocina ya vestido.
- Pero ya soy mayor...- me quejé.
- No me berrinches. Voy contigo o no vas. Fin de la discusión.
- ¿Qué? Pero es mi novio y...- dije sin pensar. Mierda. La he armado.
- ¡¡¿Que es qué?!!- Ay, madre.- ¿Quién le ha dado permiso para pedírtelo?
- Fran, tengo dieciséis años, pronto diecisiete, no tengo que pedirte permiso para salir con alguien- ya me había cabreado. Es mi hermano, y lo quiero, pero también quiero que me afloje un poco la correa, ¡que me está ahogando!
- Zoe, lo siento. No quise hacerte sentir mal- vino a abrazarme. No lo rechacé, para qué.- Eres mi hermanita y no quiero que te hagan sufrir, ni él ni nadie.
- Fran, él no lo va a hacer...- intenté defenderle.- Él no es... no es como... él- no quería decir su nombre, y menos habiendo soñado hoy mismo con él. Fran suspiró derrotado.
-Bien... pero me dejarás hablar con él antes- y se fue de la cocina sin darme tiempo a replicar. Oh, oh.
Prepárate Sam, prepárate.

lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 16.

SAM.
Muchos dirán que no es para tanto. Pero mi madre era mi ejemplo a seguir. ¿Cómo, después de lo que vi, iba a seguir siéndolo? Ahora, ya no lo es. Ni por asomo. Ahora, lo contrario, me da asco.

Iba a ir al bar de Henry porque me habían dicho que estaba buscando una banda para tocar los sábados, algo que todos en Simijaca deseábamos.
Me dijeron que estaba en su despacho y me dejaron pasar. El despacho estaba en la parte de atrás del local. Fui hasta allí y empecé a oír ruidos. Gemidos, concretamente. Debería haberme ido, mas no lo hice.
La puerta estaba entreabierta y lo que vi me marcó para siempre. Él, Henry, y una mujer follando. Pero eso no fue lo que me marcó. Lo que me marcó fue el rostro de la mujer: mi madre.
Abrí la puerta y me vieron. Ella se puso blanca como el papel y el muy capullo puso una cara de socarrón. Ahí, levantando una ceja, retándome.
Recuerdo que mi madre se puso a llorar, que me rogó que no le dijera nada a papá. No le hice caso. Sé que no lo debería de haber hecho yo, pero se lo dije. 
Al principio pensó que era una broma, que sólo era una maldita broma. Se fue a hablar con ella cuando comprendió que no lo era.
Se fue de casa esa misma noche. No lo vi por meses.
Sé que no tenía derecho a decírselo yo, pero sino, ¿quién lo haría? Yo no quería que viviese una mentira. No. Lo quiero demasiado para verle sufrir. Nadie tenía pensado decírselo, y no es que lo diga yo. Me lo dijo ella:
"- No lo voy a volver a hacer, Sami. - Hombre, ¿qué se cree? - Pero no le digas nada."
No volví a ver a Henry después de eso. Nunca, nunca más.

Me desperté por culpa de unos rayos de sol que entraban por la ventana. Parece ser que había olvidado cerrar la persiana. Miré el despertador: 11:03 AM.
Cogí el móvil y le mandé un mensaje a Zoe.
-Buenos días, dormilona. S.
Al cabo de unos minutos, sonó mi móvil.
-Ya estaba despierta :P
-Y no me llamaste? :O
-Es que no sabía si estabas o no dormido...
-Prefiero leer algo tuyo que dormir.
-Dormir es necesario.
-Igual que verte a ti.
-Te quiero.
-Y yo, cielo. Quieres ir al parque?
-Sí! Me pasas a buscar o nos vemos allí?
-Te paso a buscar.
-Bien, te echo de menos :)
-Y yo. En una hora estoy por ahí.
-Sabes dónde es?
-Sí, me lo dijo Jacobo.
-Te espero ;)
-Volaaaaaaaaaando voy, volando vengo.
-Deja de hacer el payaso y ven.
-A sus órdenes, capitán.
-Bobo, jajaja.
-Así me quieres.
-Sí, así te quiero.



martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 15. Parte 2.

Pero fue, precisamente, en ese momento, cuando yo paré de luchar, que él me soltó. Aproveché ese momento de confusión para coger la lamparilla de noche y atizarle en la cabeza.
Salí corriendo de allí, desnuda. No sabía a donde iba, sólo que tenía que salir de aquella casa. Huir.
Llegué a casa de una amiga a los pocos minutos, nadie me había visto. Las calles estaban desiertas, no había ni un alma en ellas. 
Yo no paraba de llorar y, como me vio todos los hematomas y rasguños por el cuerpo, por no hablar de que estaba desnuda, decidió llamar a mi hermano. 

Es por eso por lo que no soporto esa palabras, <<te amo>>. Creí que ya había olvidado lo que pasó, pero ahora me doy cuenta de que nunca lo podré hacer.

SAM. 
Estuve como cinco minutos cantando hasta que escuché a Zoe dormise. Me habría encantado seguir escuchando su respiración acompasada que me indicaba que se había dormido. Pero si no colgaba, le iba a llegar un factura tremenda al móvil. Así que, colgué.
Me metí en la cama pensando en todo lo que había pasado hoy. Pensé que esa noche, como otras tantas, soñaría con Zoe. Pero me equivoqué. Esa noche soñé con mi pesadilla, con Henry.

lunes, 23 de enero de 2012

Capítulo 15. Parte 1.

ZOE.
¿Por qué tuve que joderlo todo diciendo eso?
No fue culpa suya lo que me pasó.
Fue culpa de él. De mi tío. De Javier.
No se lo conté nunca a nadie. Sólo Fran lo sabe.

Estaba en mi antigua casa, una noche, con mi tío. Fran estaba en la pizzería, trabajando.
Iba a acostarme cuando Javier de coló en mi habitación. Pensé que me iba a dar la buenas noches, como siempre hacía. Me equivoqué.
Él se fue acercando a la par que se desabrochaba su corbata y su camisa. Recuerdo que fue ahí cuando empecé a tener miedo. Se acercó a la cama y se puso de rodillas delante de mí. Ninguno de los dos hablamos, nadie había dicho nada. Yo, por mi parte, estaba paralizada.
Se me acercó y antes de besarme me dijo <<te amo>>. Me dio asco, mucho. Le empecé a empujar, pero él era más fuerte que yo. No paraba de repetir esas palabras: <<te amo>>. 
Me puso las manos en mis muslos y empezó a subir mi camisón, yo siempre lo llevaba de satén, me hacía sentir bien porque me recordaba a mi madre. Cuando lo tuvo subido hasta la cintura, más o menos, recuerdo que me dijo:
-Um... deja de provocarme con esto. Siempre que te veo se me pone dura.
Fue en ese momento en el que reaccioné, en el que me di cuenta de lo que iba a pasar.
Empecé a llorar y gritar pidiendo auxilio, mas eso no lo frenó. Al revés, lo alentó.
Ya sin el camisón y sólo con una pequeña braga, se empezó a desnudar.
Me acarició los pechos, me los pellizcó, chupó y no sé cuantas cosas más.
Recuerdo que me fue dando besos hasta donde estaba mi intimidad. Me empezó a quitar las bragas. No pude apartarlo, ya que me tenía las manos agarradas.
Comenzó a jugar con mi clítoris, no era, para nada, placentero. Me lo chupó, rasguñó con los dientes, besó...
Yo ya sabía lo que me iba a hacer, y que era inevitable, por lo que paré de luchar. 

lunes, 16 de enero de 2012

Capítulo 14.

ZOE.
- Sí, claro- cogí un boli del bolso, siempre llevo uno en él, le cogí de la mano y le apunté mi número en el antebrazo.
- Gracias. Dame - me cogió el boli y el brazo y me apuntó el suyo. -Por si quieres llamarme- dijo guiñándome un ojo.
- Nos vemos, Alex- le di un abrazo y me fui corriendo hacia mi casa. 
Antes de acostarme apunté su número en la agenda del móvil. 
SAM.
Al entrar en casa, Sara estaba, literalmente, saltando de la alegría.
Yo estaba igual, sólo que sin los saltos y eso.
Me contó que se estaba enamorando de Alex. Le aconsejé que dejara de verlo, que no se hiciera falsas esperanzas, y como íbamos a empezar a pelear de nuevo le dije que hiciese lo que quisiera. No tenía ganas de pelear.
Cada uno se fue a su habitación. Estaba por acostarme, después de haberme duchado y cambiado al pijama, cuando se me ocurrió mandarle un mensaje a Zoe.
-Llegaste bien? S.
Sólo tardó unos segundos en contestar. ¿Estaría esperando mi llamada?
-Sí, gracias. Z.
-Por? Por cuidar de mi novia?
-Mmm... me gusta como suena eso ;)
-A mí más, hermosa.
-Te quiero, Samuel.
-Yo te amo.
Esta vez tardó más en contestar. ¿No le debería de haber dicho eso?
-Sam, ¿me llamas mañana?
-Sí, claro. ¿Te molestó lo que dije?
Se lo tuve que preguntar, ya que hizo como sino hubiera pasado nada.
-No, Sam!  Mejor te llamo, wait.
Nada más terminar de leerlo me sonó el móvil.
- Hola, Sam. Mira, es que... puf, me gustas, y mucho. 
-¿Pero?- sabía que había un pero.
- Pero no quiero ir muy deprisa.
- Pero yo te amo, Zoe.
- Me alegro, y mucho. - se quedó en silencio un rato - Sam, yo creo que te amo. Pero como dije antes, no quiero ir deprisa. No quiero fastidiarlo.
No sabía que decir. Que sentir. Estar contento o triste. Ese <<creo>> me dejó un sabor agridulce.
- Haré que quites ese creo de la oración - acabé diciendo.
- Bien, Sam. Me voy a dormir.
- ¿Qué quieres, cielo? - sabía que quería algo.
- No, nada. Te parecerá una tontería...- la podía ver toda roja por culpa del rubor de sus mejillas.
- Dímelo. - dije con voz firme pero a la vez tierna.
- Me...-carraspeó- ¿me podrías cantar una canción?
Y así lo hice.

sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 13.

ZOE.
-Alex, para.- le ordenó Sara dándole otro codazo, pero esta vez en las costillas.
-Per...
-Ya los alcanzamos luego-intervine yo para que dejaran de pelear. Se fueron caminando, Sam cogió mi mano también empezó a caminar.
Llevábamos un rato en silencio, cuando decidí romperlo:
-Sam...Sí, quiero- le dije. Él me miró sin entender, levantando una de sus perfectas cejas como Carlos Sobera. Ojalá pudiera hacer eso. Tendré que practicar. - ¿Cómo puede ser que te hayas olvidado? -reí - Ser tu novia, tonto.
Se dio con la mano en la cabeza, y sonrió. Cuando estaba a punto de besarme, dijo:
-Mi novia- me besó. Pero no fue uno de esos besos intensos donde se ve todo el deseo que se tiene el uno por el otro. No. Fue un tipo de beso que nunca me habían dado. Bueno, sólo una persona. Fue sólo un roce, un roce en el que sentí más de lo que podía haber sentido con un beso <<normal>>
Llegamos a su casa y nos despedimos, no sin antes convencer a Sam de que no hacía falta que me acompañara a la mía. Fue un arduo trabajo. Quedamos en ir mañana a dar una vuelta por el pueblo.
Me fui con Alex, ya que su casa quedaba tan sólo a una manzana de la mía. ¿Cómo puedo vivir tan cerca de alguien así y no darme cuenta? Porque vale que ahora esté de novia con Sam, pero no por ello voy a estar tan ciega como para no ver a semejante monumento.
Empezamos a hablar. Alex parecía un buen tipo. Me reía mucho con él y me sorprendí mucho al saber que era de mi edad. 
-¿Te gusta Sara?- le pregunté. No sé de donde salió eso, pero ahora que lo pregunté quería saber la respuesta. No penséis mal. No es para saber si está libre o no. Es porque no quiero ver sufrir a la hermana de Sam.
-¿Gustar?- me miró extraño.
-Sí.
-La verdad es que no. Me parece una buena chica, pero no.
-No le hagas daño, Alex.
-No, ya lo sé.
-Entonces, ¿por qué la besaste?
-No lo sé.- dijo, y pude ver en sus ojos que estaba siendo sincero- Se me abalanzó y no supe que hacer, no la quería hacer sentir mal.
-¿Se lo dijiste?- joder, pobre Sara...
-No fui capaz- dijo con culpa.
-Alex...
-Sí, sí, ya sé. Que no le haga daño.
-¿Que vas a hacer?
-¿Que qué voy a hacer? Pues nada. No hemos quedado en nada. Espero que no se haya ilusionado, porque yo ya me fijé en otra chica. -me dijo mirándome fijamente. ¿Quién podría ser? Zoe, lo conoces desde hace pocas horas, ¿cómo lo vas a saber?
No me dí cuenta de que ya habíamos llegado a mi casa. Estaba demasiado entretenida y metida en la conversación como para darme cuenta.
-Bueno, Alex, yo me quedo aquí- le dije.- Nos veremos por ahí, ¿no?- en verdad, quería volver a verlo. Me agradaba mucho este chico.
-¡Claro! Me caíste muy bien - vi que quería decir algo más así que esperé. Se sonrojó un poco antes de hablar. Dios, que mono.- Um...Zoe, ¿me das tu número? 

martes, 3 de enero de 2012

Capítulo 12.

SAM.
Estaba que estallaba de la alegría. No sé cómo fui capaz de decirlo. No lo sé.
Lo que sentí cuando me dijo que me quería, no tiene nombre. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora.
-Zoe...-le susurré cuando nos separamos. Había sido el mejor beso de mi vida. Sí, sé que suena cursi, pero es la verdad.
-Mmm...-murmuró. Estábamos con las frentes juntas, ella con los ojos cerrados y yo, simplemente, mirándola.
-Te quiero-abrió los ojos y me volvió a repetir esas dos palabras que tanto me gustan:
-Te quiero, Sam.
No nos habíamos dado cuenta de que las luces ya estaban encendidas, y de que la gente se estaba yendo. Sara y Alex nos estaban esperando. Ella con una gran sonrisa y él, en cambio, como enfadado. Espera...¿ha bufado?
-Vamos, hermanito, la peli ya terminó-dijo Sara guiñándome un ojo. Le cogí la mano a Zoe y nos fuimos de allí.
ZOE.
Me sentía feliz. Mucho. Como no lo hacía desde hace tiempo...
Salimos de allí cogidos de la manos, con una gran sonrisa.
Aún teníamos mucho de que hablar, pero, por ahora, sólo quería estar así. Feliz, libre de preocupaciones.
-Sam-le llamé.
-Mmm-murmuró algo que no pude escuchar. Me dio un beso en la coronilla.
-¿Te puedo besar?- me moría por probar esos labios, otra vez.
Se paró, se puso delante de mí, me cogió la cara con las dos manos, y me besó.
Enredé mis dedos detrás de su cuello, tirando levemente de su pelo, y él me atrajo más hacia sí. Nos separamos por la falta de aire. Este chico me dejaba devastada. 
-Zoe, no hace falta que me pidas permiso para besarme. Eres mi novia. -Me sonrojé por lo de "novia". En realidad, no me lo había pedido formalmente. Decidí gastarle una pequeña broma.
-Así que novia, ¿eh?-dije de forma pícara. -¿Quién ha dicho que sea tu novia?
Se sonrojó.-Mmm, yo, bueno...-se pasó una mano por el pelo y siguió hablando- Zoe, ¿quieres ser mi novia?
-Um, déjalo, que me lo tengo que pensar.-me sonrió de forma traviesa.
-¿Qué puedo hacer para convencerte?-me siguió.
-Déjame probar algo.- Me acerqué a él y le empecé a besar. Le pedí permiso con mi lengua, que fue concedido, prácticamente, al instante. Recorrí todos los rincones de su boca. Mi boca.
Nos tuvimos que separar por unos carraspeos por parte de Alex, que estaba con cara de pocos amigos con Sara al lado.
-¿Vamos?-preguntó. Sara, cómo no, le dio un codazo.
-Ya va-gruñó Sam aún con las manos en mi cara.
-No quiero verles besarse.
-¿Crees que a mí me gusta verte besar a mi hermana?- La verdad, no entendía la actitud de Alex. ¿Qué le importaba vernos besándonos?